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Thursday, April 30, 2015

Como graduarse en MBA o Doctorado sin pagar en exceso


Consejos para graduarse, El MBA y Doctorado son importantes, también lo es una vida equilibrada

 


Cuentan que un granjero se dedicaba con esmero a cultivar sus árboles frutales y siempre obtenía cosechas abundantes que vendía con provecho. Cuando la extensión de su propiedad era aún pequeña, podía caminar por entre sus árboles y a la vez que disfrutada de la idea de obtener una ganancia monetaria, sabía y tenía la capacidad para disfrutar de lo que tenía. Apreciaba el leve  murmullo del viento entre las hojas, el canto de las aves, los colores cambiantes de los frutos en desarrollo, del aroma de las frutas a punto de madurar, podía sentir la suave textura aterciopelada de los frutos ; todo ello saciaba sus sentidos y algunas veces estaba acompañado de sus pequeños hijos.

 Como el negocio iba bien, pudo acumular suficiente dinero para comprar más tierras a las que cuidaba con el mismo esmero, por lo que cosecha también era buena; naturalmente la ganancia era mayor. Solamente que ahora por la necesidad de establecer contacto con los clientes, buscar nuevos mercados, negociar  precios y mejores  condiciones, tenía menos tiempo para salir a pasear  por su plantación. A veces, salía rápidamente y echaba un vistazo breve para detectar anomalías, posibles  plagas o algún problema en el crecimiento. Era un experto en descubrir  si un árbol  estaba afectado por una plaga o una enfermedad y cómo tratarlo, no cabía duda. Pero al mismo tiempo se había olvidado ya de los largos paseos que daba antes y con los cuales enriquecía su espíritu y ponía en acción sus sentidos. Solo había dos ideas obsesivas ahora, lograr que la cosecha fuera buena y obtener la máxima ganancia. Sus hijos ya habían crecido y les  exigía ayudarlo en el negocio, mas no volvió a proponerles  un paseo para disfrutar de la vida, para aprovechar la circunstancia feliz de tener una hermosa propiedad, la mejor de la comarca, y frutos en abundancia . Solo el dinero y le negocio  le preocupaban.

 Pasó el tiempo, los hijos mayores se casaron y fueron a vivir  a otro lugar y aunque  estaban en el mismo pueblo visitaban poco al granjero porque este estaba obsesionado por los asuntos de negocio. Ni cuenta se daba de los nietos que crecían y que reclamaban su atención sin éxito. Solamente el dinero y el negocio ocupaban  atención, mente y satisfacían su corazón.

 Cuando ya pasaba de las seis décadas de vida, repentinamente una misteriosa plaga comenzó a diezmar los árboles ocasionando una caída en la producción; mala calidad en los frutos de los árboles que quedaban y por  supuesto, la pérdida de ventas en el mercado. El granjero había acumulado bastante dinero como recuperarse, empezar desde cero si fuera necesario o combatir la plaga e incluso ayudara a sus vecinos menos afortunados  que él, pero la costumbre de ser el mejor, de tener la mejor cosecha, de ganar más que todos, de ser admirado y respetado por el éxito se habían enquistado tanto en su corazón que no conocía otra forma d vida.

 Un día, cuando recorría los límites de su plantación, observando los árboles sin hojas y con frutos arruinados o sin frutos, se sentó a descansar. Por allí, pasaba a un niño el cual viéndolo tan desconsolado pensó que era un mendigo o alguien que tenía hambre y no podía tomar los frutos de la plantación, por lo que sacando una pequeña manzana de sus bolso la entregó al granjero.

 -Toma, no es una manzana grande pero está dulce, Imagino que tienes hambre y no puedes tomar una fruta de adentro porque sabes que el granjero castigará al que lo haga, además dicen que están envenenadas,- le dijo el niño

 El granjero sorprendido no atinó a responder, porque recordó que para evitar que los viajeros que pasaban por el camino se atrevieran a tomar siquiera un fruto había soltado fieros guardianes y corrió la voz de había envenenado los frutos; además de castigar al desafortunado que tomara un solo fruto.

 - ¿Cuánto quieres por ella? Le preguntó al niño,  tal vez acostumbrado a medir todo acto en términos de dinero.

 -Nada, le ayudé al granjero que está a orillas del río a limpiar su casa y me pagó con estos frutos más unos centavos. No le cuesta nada, señor, -respondió el niño.

 Golpe directo al corazón. A pesar de la dureza por los muchos años, se dio cuenta de su error, de su estupidez, de lo malo de su codicia. Apenas agradeció al niño y regresó a su casa. En el camino se propuso trabajar duro para recuperar la producción, asimismo se le ocurrió que podría llamar al niño y otros vecinos para que le ayudara en el cuidado de la plantación y pagarles bien, a no esperar solo buenas cosechas y recibir dinero por ellas, sino también a compartir, a disfrutar de su suerte, y cuando  fuera posible incluir a otras personas.  Buscaría a sus nietos para recuperar el tiempo perdido. 

 ¿Cómo se relaciona la historia anterior con los estudios de postgrado?

 En la vida real, cuando se estudia MBA o Doctorado, hay que hacer sacrificios, en lo personal, familiar y hasta social; hay que dejar de lado a los hijos, postergar temporal o definitivamente  las ocasiones de jugar, conversar con ellos, para estudiar, para reunirse con el grupo, teniendo en mente el objetivo de lograr el grado. Un día llega el momento ansiado y se consigue el diploma; con ello la esperanza y oportunidades de mejores empleos, sueldos , prestigio, responsabilidades. Pero en el camino se perdió algo más importantes, la vida simple, en familia, las oportunidades  de interactuar, de desperdiciar  el tiempo con los hijos, las oportunidades de salir juntos y disfrutar de la vida. Y los recuerdos, vivencias, emociones, que se perdieron  no se comprarán aunque se llegue a ser el CEO (ejecutivo máximo) de la empresa  más grande del mundo o aunque se funde un negocio que se convierta en un imperio  económico. Habrá  mucho dinero, pero jamás se podrá ocultar la fisura en el alma, mente y corazón por haber perdido la mejor parte de la vida.

 Entonces, se necesita sabiduría decisión y como no, un buen consejero, para mitigar está pérdida. Haya que hacer sacrificios , pero no excesivos, hay que dedicar horas al estudio  o reuniones de grupo, pero siempre hay que dedicar  horas, tener espacio, ganas y voluntad para estar con los seres queridos, para practicar un hobbie, para sentir que la vida es bella. En vida real, no todo tiene final feliz como los cuentos. ¿De que sirvió el grado máximo del MBA o Doctorado, la calificación  Summa cum lauden cuando poco tiempo después, abrumado  por las responsabilidades, la sobrecarga de trabajo, las grandes responsabilidades, se presenta un ataque cardiaco fulminante? ¿Se diría que murió feliz porque era Doctor, o un MBA reconocido, el CEO de la empresa, el hombre más  poderoso? Habría que preguntarle a quien muere así.

 Le invito a ver la siguiente presentación en Power point. A todos los que estudian Maestría o Doctorado y leen este archivo, les deseo suerte en los estudios y en la vida.
 
Le sugier ver la presentación del enlace
 
http://es.slideshare.net/alberto_rivas/blog-graduacion-tiempo-p-ra-vivir-crrabril2015

 Carlos Rivas R. Perú (Lima, Cajamarca, San Miguel)