El
pecado original, ¿es realmente una insubordinación o una expresión de libertad?
Antecedentes
En
la Biblia se menciona el pecado original
como un intento del hombre para parecerse
a Dios. Según el relato, el hombre al comer el fruto prohibido quiso tener acceso
a la fuente de conocimiento, pretensión que a Dios le pareció excesiva y por ello decido expulsarlo del paraíso.
En
realidad, ¿de que se trata el pecado original? Más que de la posibilidad de
acceso al conocimiento que Dios se adjudica como facultad suya únicamente,
esta historia es una metáfora para señalar el
descubrimiento de la capacidad creadora con al cual logra el dominio gradual
del mundo. La expulsión el paraíso no es
más que la apertura mental que abre la mente a las posibilidades creadoras pero
a la vez advierte de los riesgos, esfuerzo y a veces consecuencias inesperadas.
Una
persona que carece de facultades mentales o cognoscitivas por sufrir de deformaciones o limitaciones
físicas contra su voluntad (por ejemplo, demencia extrema o malformaciones
congénitas) se siente feliz (“está en el
paraíso”) si tiene las necesidades básicas satisfechas. No tiene la
presión para hacer preguntas o inquietarse sobre el sentido de la existencia, para
preocuparse por el mañana o imaginar y hacer el esfuerzo mental o físico para
lograr la transformación de la
naturaleza. El concomimiento le es ajeno
y la necesidad de lograrlo es una sensación
desconocida e inexistente por siempre.
Una persona
normal que descubre la necesidad del conocimiento porque su propia naturaleza y el impacto e influencia de los demás lo inspiran, no se siente satisfecho con el estado actual de cosas, aunque pueda tener las necesidades básicas satisfechas siempre aspira a algo que está más allá,
siente desasosiego, inquietud, en cierto modo infelicidad, estará “fuera del
paraíso” porque le falta algo. Aunque
se reconoce como parte de un lugar y un tiempo, al mismo
tiempo advierte la necesidad de salir de estos parámetros para ir más allá,
explorar, descubrir, conquistar, crecer, modificar, revelando aspectos que son características y
consecuencias de la capacidad creadora. Pertenece a un contexto de tiempo y espacio pero a la vez se imagina y trata de lograr otras
situaciones, en un intento permanente.
La
expulsión del edén fue un acto doloroso, traumático; del mismo modo, la
insatisfacción al reconocer la limitación del conocimiento actual y la necesidad
de un gran esfuerzo para mejorarlo es
también dolorosa y traumática, el equivalente
de la expulsión. La creación no es
fácil, el pensamiento no es una tarea fácil y es asumida por pocos como medio
de acción personal, siempre implica riesgos, penas, costo, dolor.
Por
eso, así como Dios, solo en la inmensidad del tiempo y el espacio no podía
saber si realmente era Dios o tenía el poder que le corresponde como tal, tenía que crear el mundo para probar
esta capacidad, además tenía que crear una criatura con la capacidad suficiente
para reconocerlo como creador.
Para
un artista no sirve de nada, crear hermosas obras de arte (piezas musicales, pinturas
esculturas, poemas) si nadie las escucha, nadie las ve, nadie las lee, y más aún
si nadie es capaz de extasiarse con ellas y en este gesto reconocer
de manera implícita la creación y al
creador.
Un
artista, como Dios, suelen ser también egoísta y cuando surge un emulo, tan
hábil y capaz como él, se siente amenazado. Igual que Dios cuando comprobó que
el hombre había descubierto la capacidad creadora, por ello a veces repite el
acto de la expulsión del paraíso, pero al quedarse solo se anula. Es mejor
cuando existen varios creadores reforzándose mutuamente.
No se
trata de pecado o infracción, es solo el
descubrimiento
En
la edad media o en épocas oscuras del pensamiento
religioso, la idea de pecado original
fue usada por la religión católica para mantener al hombre en la ignorancia, condición vital para
ejercer el control material y mental
sobre la gente. La insistencia sobre el peso moral del llamado pecado original obligaría a la gente a esperar y admitir el
control por parte de los supuestos representantes de la divinidad, por lo que
durante mucho tiempo no existió la voluntad ni las condiciones necesarias para que descubriera su potencial creador
y ola necesidad de replicar el pecado
original.
El
pecado original, que además se repite continuamente, es el ejercicio de la capacidad
creadora. Puede ser por medio de la palabra que permite describir, explicar o
mostrar aspectos dela realidad de múltiples maneras.
La
literatura da cuenta de esto a través de la poesía y otras formas. Nadie como el poeta para sugerir realidades no
visibles físicamente pero que pueden ser posibles en la imaginación o en un futuro
en la realidad material. Julio Verne es
un magnífico ejemplo de creadores que vio con anticipación mundos que se
volvieron realidad en el futuro ¿Cuantos visionarios como el pueden sugerir lo
que aún no vemos o conocemos?
Puede mostrar colores que no existen en una realidad
o presentar mundos, experiencias, realidades no visibles materialmente e
invisibles para el ojo físico, pero visibles
para el creador, el artista, pintor, escultor. Puede revelar el color, la armonía cromática donde no existe más que grises para aquellos que no tienen desarrollada la facultad
creadora.
Puede
descubrir sonidos o gamas sonoras inaudibles
en el mundo material, crear realidades en
las que la armonía, la melodía reflejan la esencia del paraíso. Un músico,
cuando crea una melodía inolvidable, no solo llega directamente a la mente del oyente, sino que además puede
producir reacciones y crear estímulos que trasforman de manera notoria a los oyentes.
Se ha demostrado que el organismo responde a determinadas frecuencias,
comprobándose que la matemática es
parte del universo, que existe un
orden, un equilibrio, una melodía universal con la cual podemos identificarnos.
La
creación también se revela en el
descubrimiento de los misterios de la naturaleza. La ley de la gravedad de Newton,
la fórmula de la equivalencia entre materia y energía de Einstein, son también obras de arte como la
pintura, la música, la poesía. Quizás no se aprecie en ellos los atributos que suele buscarse en una obra de arte (color, sonidos,
palabras) pero el contenido matemático que revela el orden del universo es un
elemento común. El mundo es matemático, la música tiene estructura matemática,
la matemática es una disciplina hermosa y
una manifestación sublime de la capacidad creadora humana, por ende el universo
es hermoso, la música y otras creaciones artísticas son hermosas.
Se
revela el universo, al descubrir los misterios del átomo, al crear una melodía, un poema ,
una obra de arte, pues se ejerce plenamente la facultad creadora, se repite el pecado original, se prosigue con el descubrimiento de la
capacidad creadora y se avanza más. Al cometer una y otra vez el pecado original,
el hombre se expulsa reiteradamente del paraíso terrenal y en este proceso, por
una síntesis dialéctica se acerca más y más a Dios, la entidad suprema, el
creador por excelencia. El conocimiento es cada vez mayor en todo ámbito de la vida, pero al mismo
tiempo se abre la conciencia de que falta mucho por descubrir, y la angustia permanente
obliga a crear continuamente. El árbol del bien y del mal es infinito, o más
bien el árbol del conocimiento y la creación, así como la necesidad de apropiarse de los frutos de
éste, esa es la esencia y urgencia de la naturaleza humana.
Conclusiones
Dios
debe estar tranquilo y complacido porque el hombre ha cometido el pecado,
original, es decir, porque ha descubierto la facultad creadora, porque no es
bueno quizás ser el único con la capacidad de hacer algo, de crear, y pretender
este estado denota cierto autismo o autocomplacencia errada.
Es
mejor estar bien acompañado, por otros creadores como él, que permanecer solo,
en silencio, en la inmensidad del tiempo y espacio.
El
llamado pecado original no es otra cosa
que la liberación del hombre de los dogmas limitantes al reconocer su capacidad creadora, la
autonomía y el potencial de lograr cambios en el mundo por su propia mano,
cambios que serían imposibles por acción directa de Dios, a quien al parecer se le acabó la creatividad
luego de crear el mundo o porque al ver
a su obra suprema, el hombre, tan creativo y capaz como él decidió renunciar para siempre y lo dejó a su libre
albedrío. El hombre puede crear para mejorar su mundo, para destruirlo, es su
elección, puede reconstruir el paraíso o completar el camino hacia la perdición
eterna, el fin del mundo