El buen gobierno y las prioridades
- Metáfora de la botella y las grandes piedras
La autoría de la historia que presentamos es
fácil de determinar porque se muestra son variaciones en el contexto y los personajes,
aunque el mensaje final es el mismo.
En un paseo matutino, un anciano maestro se
detuvo junto con sus alumnos en un claro del bosque, sacó de su alforja un
frasco de cristal y una docena de piedras. Cuidadosamente colocó las piedras
dentro del frasco, de una en una, hasta que no podía entrar otra más. Entonces
preguntó a los alumnos:- ¿Está lleno el frasco? El grupo contestó
afirmativamente. Con una sonrisa burlona, el maestro tomó un saquito con gravilla
y comenzó a verterla sobre las piedras, agitando el frasco para que la gravilla
ocupara los huecos libres ente las
piedras. Cuando ya no pudo poner más grava en el frasco, volvió a preguntar:-
¿Está lleno el frasco? Ahora, los pupilos respondieron:- Probablemente, no. El maestro sonrió
con complicidad. Sacó arena de un saquito y comenzó a echarla sobre las piedras
y la grava, rellenando fácilmente todos los espacios. Repitió la misma pregunta
y el grupo contestó con toda seguridad:- No.
Entonces, sacó de la alforja una botella con agua, vertiendo el líquido sobre
el frasco con piedras, grava y arena, hasta que el agua alcanzó el borde.
En ese momento miró a sus alumnos y dijo:- Bien, ¿qué sacamos en claro de todo
esto? Uno de ellos respondió:- No importa
cuna ocupados estemos, si trabajamos duro y nos esforzamos siempre podremos
hacer un poco más de lo que hacemos ahora.-
“Esa es una conclusión no solo errónea sino peligrosa”,
respondió el maestro. La verdadera enseñanza
que podemos extraer es que si no
metemos las piedras en el frasco al principio, luego ya no habrá manera de
hacerlo.
¿Cuáles son las piedras
en vuestra vida? ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu
salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de
negocio, el poder o el dinero?, ¿Perfeccionar la formación? ¿Disfrutar en
el trabajo? La elección es tuya. Una vez te hayas decidido, pon esas piedras primero.
El resto encontrará su lugar. Si dedicáis parte del tiempo a definir las
metas principales, entonces estaréis usando sabiamente vuestro tiempo.
En un gobierno
democrático, en teoría los electores le dan la confianza a alguien que tiene la
capacidad, liderazgo, visión y objetivos estratégicos y que prioriza la acción
de gobierno para atender los grandes asuntos (las piedras), sin que eso signifique el
descuido de asuntos menores. La realidad nos ofrece evidencia de países desarrollados
en los que se actúa así y que por ello, su población tiene altos estándares de
vida actual y potencial para el futuro.
En este caso, los
electores son críticos, educados, saben
que las piedras van primero y luego lo demás, y además están en condiciones de
exigirlo; pueden reconocer la farsa o al farsante.
Para los países no
desarrollados, las grandes piedras son los asuntos que deben resolver son
urgencia para salir del atraso, la autocomplacencia, la molicie tropical, la falsa
prosperidad, son: La ausencia de
liderazgo, la debilidad o ausencia institucional,
la ausencia de seguridad ciudadana, la
educación deficiente, la carencia de identidad nacional, la corrupción
enquistada en todo el aparato estatal, el control del estado por las
agrupaciones criminales (narcotraficantes, contrabandistas, mineros y madereros
ilegales, entre otros), la fragmentación territorial de facto (política, geográfica,
conexiones, cultura, zonas liberadas bajo control de bandas criminales).
Para el Perú son
aplicables todas las referencia anteriores, todas son grandes piedras que deben
colocarse primero pero en ningún gobierno existe la voluntad política, visión y
capacidad para hacerlo, por ello prefieren llenar el frasco de arena
(populismo) (Nota 1).
La falta de recursos
económicos no puede usarse como excusa, es más bien la falta de recursos
humanos calificados y consecuentes, con valores y ética, lo que impide esa acción. Es una falacia
argumentar que el Perú es un país pobre
y que por eso no se pueden hacer las reformas estructurales críticas.
Desafortunadamente en
países no desarrollados como el Perú, los electores no eligen apoyándose en la
razón y el sentido crítico para evaluar planes de gobierno, sino en emociones, preferencias personales y en la
expectativa de que las maravillosas y estrambóticas promesas de los candidatos se hagan realidad. Terminan eligiendo
al más populista, al más fantasioso y al
que finalmente no cumple ninguna de las promesas y actúa de manera totalmente opuesta a lo que a la gente esperaba; eligen
al que llena el frasco solo con arena (Nota 2).
Estos gobiernos llenan fácilmente
el frasco con arena, luego con un poco de esfuerzo y suerte lograrán introducir
algo de gravilla porque la arena aun cede; tal vez un poco de agua pero será
imposible colocar las piedras grandes. Puede ser posible si se cambia de frasco
(de gobierno y gobernante) y se actué correctamente; pero si la población sigue
con la misma ignorancia política, las mismas expectativas (recibir dádivas
gratuitas y sin esfuerzo), volverá a elegir nuevamente a quien se empeña y sólo
sabe llenar frascos con arena. La historia del Perú se repetirá hasta que surja
un líder, que como Alejandro Magno, decida que las piedras (los grandes asuntos)
son importantes.
Esta metáfora es aplicable a personas, tal como se percibe en los consejos
finales del sabio. Se aplica a empresas, donde un fanático de los frascos
con arena se empeña en poner en puestos clave
a sus amigos o cómplices, o en verificar
que un sistema de control de personas casi
policiaco funcione a la perfección.
Se aplica a gobiernos y se nota la diferencia entre los países. En
Singapur el gobierno decididamente colocó las piedras grandes, luego colocó el material
más ligero; Chile también empeña en poner las piedras grandes y luego el resto
de material. En el Perú, por conveniencia, incompetencia, miopía, incapacidad o inmoralidad, los
gobernantes sólo llenan el frasco con arena.
Nota 1. Programas populistas que demandan el uso de grandes cantidades de
recursos, generalmente administrados con
alta discrecionalidad que facilita la corrupción. En los presupuestos sociales
no más del 30% llega a los que deben recibir la ayuda, el resto se pierde
sumideros (burocracia, peculado, malversación, sobrevaloración). En el estado
con el programa SERVIR, se ha sacado
profesionales realmente calificados poniendo en su lugar a incondicionales del
gobierno de turno, sin competencias profesionales, morales ni ejecutivas. Pura
arena, ninguna piedra.
Nota 2. El gobernante actual prometió bajar el gas a menos de 10 soles
(tres dólares), sin embargo se vende a 40 soles (12 dólares) siendo el Perú país productor de gas natural. Chile,
comprador absoluto de combustibles lo vende a un precio notoriamente inferior. Se
creyó que por ser militar, controlaría la delincuencia; sin embargo, parece que
no existiera y la delincuencia,
omnipresente y omnipotente, es como un quinto poder del Estado (ejecutivo,
legislativo, judicial, electoral y delincuencial)
Referencias
The big rocks of life