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Tuesday, April 5, 2016

El frasco y las piedras de la vida-Metáfora del modo de gobernar

El buen gobierno y las prioridades - Metáfora de la botella y las grandes piedras


La autoría de la historia que presentamos es fácil de determinar porque se muestra son variaciones en el contexto y los personajes, aunque el mensaje final es el mismo.

En un paseo matutino, un anciano maestro se detuvo junto con sus alumnos en un claro del bosque, sacó de su alforja un frasco de cristal y una docena de piedras. Cuidadosamente colocó las piedras dentro del frasco, de una en una, hasta que no podía entrar otra más. Entonces preguntó a los alumnos:- ¿Está lleno el frasco? El grupo contestó afirmativamente. Con una sonrisa burlona, el maestro tomó un saquito con gravilla y comenzó a verterla sobre las piedras, agitando el frasco para que la gravilla  ocupara los huecos libres ente las piedras. Cuando ya no pudo poner más grava en el frasco, volvió a preguntar:- ¿Está lleno el frasco? Ahora, los pupilos respondieron:- Probablemente, no. El maestro sonrió con complicidad. Sacó arena de un saquito y comenzó a echarla sobre las piedras y la grava, rellenando fácilmente todos los espacios. Repitió la misma pregunta y el grupo contestó con toda seguridad:- No. Entonces, sacó de la alforja una botella con agua, vertiendo el líquido sobre el frasco con piedras, grava y arena, hasta que el agua alcanzó el borde.

En ese momento miró a sus alumnos y dijo:- Bien, ¿qué sacamos en claro de todo esto? Uno de ellos respondió:- No importa cuna ocupados estemos, si trabajamos duro y nos esforzamos siempre podremos hacer un poco más de lo que hacemos ahora.-

“Esa es una conclusión no solo errónea sino peligrosa”, respondió el maestro. La verdadera enseñanza que podemos extraer es que si no metemos las piedras en el frasco al principio, luego ya no habrá manera de hacerlo.




¿Cuáles son las piedras en vuestra vida? ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocio, el poder o el dinero?, ¿Perfeccionar la formación? ¿Disfrutar en el trabajo? La elección es tuya. Una vez te hayas decidido, pon esas piedras primero. El resto encontrará su lugar. Si dedicáis parte del tiempo a definir las metas principales, entonces estaréis usando sabiamente vuestro tiempo.



En un gobierno democrático, en teoría los electores le dan la confianza a alguien que tiene la capacidad, liderazgo, visión y objetivos estratégicos y que prioriza la acción de gobierno para atender los grandes  asuntos (las piedras), sin que eso signifique el descuido de asuntos menores. La realidad nos ofrece evidencia de países desarrollados en los que se actúa así y que por ello, su población tiene altos estándares de vida actual y potencial para el futuro.

En este caso, los electores son críticos, educados,  saben que las piedras van primero y luego lo demás, y además están en condiciones de exigirlo; pueden reconocer la farsa o al  farsante.

Para los países no desarrollados, las grandes piedras son los asuntos que deben resolver son urgencia para salir del atraso, la autocomplacencia, la molicie tropical, la falsa prosperidad,   son: La ausencia de liderazgo, la debilidad  o ausencia institucional,  la ausencia de seguridad ciudadana, la educación deficiente, la carencia de identidad nacional, la corrupción enquistada en todo el aparato estatal, el control del estado por las agrupaciones criminales (narcotraficantes, contrabandistas, mineros y madereros ilegales, entre otros), la fragmentación territorial de facto (política, geográfica, conexiones, cultura, zonas liberadas bajo control de bandas criminales).



Para el Perú son aplicables todas las referencia anteriores, todas son grandes piedras que deben colocarse primero pero en ningún gobierno existe la voluntad política, visión y capacidad para hacerlo, por ello prefieren llenar el frasco de arena (populismo) (Nota 1).


La falta de recursos económicos no puede usarse como excusa, es más bien la falta de recursos humanos calificados y consecuentes, con valores y ética,  lo que impide esa acción. Es una falacia argumentar que el Perú  es un país pobre y que por eso no se pueden hacer las reformas  estructurales críticas.

Desafortunadamente en países no desarrollados como el Perú, los electores no eligen apoyándose en la razón y el sentido crítico para evaluar planes de gobierno, sino en  emociones, preferencias personales y en la expectativa de que las maravillosas y estrambóticas promesas de los  candidatos se hagan realidad. Terminan eligiendo al más populista, al  más fantasioso y al que finalmente no cumple ninguna de las promesas y actúa de manera totalmente  opuesta a lo que a la gente esperaba; eligen al que llena el frasco solo con arena  (Nota 2).




Estos gobiernos llenan fácilmente el frasco con arena, luego con un poco de esfuerzo y suerte lograrán introducir algo de gravilla porque la arena aun cede; tal vez un poco de agua pero será imposible colocar las piedras grandes. Puede ser posible si se cambia de frasco (de gobierno y gobernante) y se actué correctamente; pero si la población sigue con la misma ignorancia política, las mismas expectativas (recibir dádivas gratuitas y sin esfuerzo), volverá a elegir nuevamente a quien se empeña y sólo sabe llenar frascos con arena. La historia del Perú se repetirá hasta que surja un líder, que como Alejandro Magno, decida que las piedras (los grandes asuntos) son  importantes.

 Esta metáfora es aplicable  a personas, tal como se percibe en los consejos  finales del sabio. Se aplica  a empresas, donde un fanático de los frascos con arena  se empeña en poner en puestos clave  a sus amigos o cómplices, o en verificar  que un sistema de control de personas casi policiaco funcione  a la perfección.

Se aplica  a gobiernos  y se nota la diferencia entre los países. En Singapur el gobierno decididamente colocó las piedras grandes, luego colocó el material más ligero; Chile también empeña en poner las piedras grandes y luego el resto de material. En el Perú, por conveniencia, incompetencia,  miopía, incapacidad o inmoralidad, los gobernantes sólo llenan el frasco con arena.

Nota 1. Programas populistas que demandan el uso de grandes cantidades de recursos, generalmente administrados  con alta discrecionalidad que facilita la corrupción. En los presupuestos sociales no más del 30% llega a los que deben recibir la ayuda, el resto se pierde sumideros (burocracia, peculado, malversación, sobrevaloración). En el estado con el programa SERVIR,  se ha sacado profesionales realmente calificados poniendo en su lugar a incondicionales del gobierno de turno, sin competencias profesionales, morales ni ejecutivas. Pura arena, ninguna piedra.

Nota 2. El gobernante actual prometió bajar el gas a menos de 10 soles (tres dólares), sin embargo se vende a 40 soles (12 dólares)  siendo el Perú país productor de gas natural. Chile, comprador absoluto de combustibles lo vende a un precio notoriamente inferior. Se creyó que por ser militar, controlaría la delincuencia; sin embargo, parece que no existiera  y la delincuencia, omnipresente  y omnipotente,  es como un quinto poder del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y delincuencial)


Referencias

The big rocks of life