El rey ha muerto, viva el rey. ¿Es inteligente el cambio de Power
Point y Excel por otros programas?
“El rey ha muerto, viva el rey”, o “El rey ha muerto, larga
vida al rey” es un lema o grito que se empleó como expresión ritual en la
sucesión de las monarquías. En Francia, antes de la Revolución se usó desde
1422 al declarar que a Carlos VI de Francia le seguía Carlos VII de Francia. En
Inglaterra el ritual se aplicó desde
1272 con el reemplazo de Enrique III de Inglaterra por Eduardo I.
Este lema se usaba para evitar la peligrosa situación
política que surge en la transición política, es la última ocasión de vitorear
al rey fallecido y la primera ocasión para saludar al nuevo rey, expresando la
fidelidad de los súbditos al rey y la renovación automática de los lazos del
vasallaje (en la sociedad feudal).
Los cambios no siempre eran buenos, porque el antiguo rey
podía haber sido asesinado para colocar en su lugar a un títere o cómplice; al
final de cuentas el origen de los reyes siempre es oscuro y no tiene ninguna
relación con designios divinos u otros cuentos de la antigüedad. Por eso, si el
pueblo tenía suerte, el nuevo rey era mejor, sino tenían que soportar muchas penurias
durante la vida del badulaque que les tocaba en suerte.
En la actualidad, en las empresas y centros académicos, a partir de 1990 se han usado con profusión
Power Point y Excel para cálculos, creación de gráficos, tablas y la presentación
en oficinas y aulas. Microsoft Office fue lanzado por Microsoft en 1989 para
Apple Macintosh, más tarde se asoció a Windows. La primera versión de Office
contenía Microsoft Word, Microsoft Excel y Microsoft PowerPoint.
Paralelamente, en el dinámico mundo de la informática, se han
creado múltiples versiones alternas igualando o mejorando algunas capacidades
del Microsoft Office original. Muchos de los nuevos programas son como pociones
mágicas que sirven para superar el estrés de las presentaciones aburridas que
generan el “síndrome de aburrimiento PowerPoint”.
¿Es Power Point el problema? ¿Está mal diseñado el programa?
¿No tiene las funciones y potencial prometido? Nada de eso. El problema está en
la forma en que se usa, en quien lo usa, con que propósitos lo usa. Es una
herramienta y como tal es tan buena como la persona que la usa. El mismo cincel
que usa el picapedrero para despedazar una roca le sirven a Antonio Canova o Miguel Ángel Buonarrotti.
Existen varios estudios sobre este asunto. Rick Altman en su
libro “Why Power Point presentations sucks and how you
can make them better” indica que uno delos problemas recurrente es la
lectura del texto que se presenta en las diapositivas. Altman dice: “Cuando lees tus transparencias o
diapositivas palabra por palabra, pareces idiota”. En algunos casos puede ser que no solo lo parezca, sino que
también lo sea pero, si es claro que que
este tipo de conducta refleja un insulto a la audiencia, transmite inseguridad,
revela desconexión de la audiencia, es irritante, hace perder tiempo y dinero a los asistentes.
Y por supuesto, aburre mortalmente. ¿Es culpable de todo el programa Power Point?
La intención en la comunicación de datos e información no es
distraer al auditorio, cualquiera sea el número de asistentes, sino comunicar hechos,
situaciones, proporcionarle elementos para tomar decisiones. Si quieren distracción, seguramente irán al cine
a ver la película de estreno.
El Rey no es más que una figura decorativa y la utilidad y
ventajas para su reino dependen de su visión personal, valores, habilidad política
y capacidad de control sobre la corte y todos aquellos que al final deben ejecutar
sus decisiones. Los programas como Power Point o Excel son solo herramientas
cuya eficacia depende de las habilidades, creatividad y conocimiento de quien las usa. Como
herramientas no son buenas ni las en sí mismas.
Si es un rey con buenas intenciones y tiene el control de la
corte, puede lograr que sus órdenes y decisiones se reflejen en hechos que favorecen
la población de su reino, el pueblo estará feliz, lo aclamará y apoyará
siempre.
Power Point y Excel son buenos programas y son mejorados
continuamente. Cuando el usuario, además de conocer sus detalles técnicos y posibilidades, conoce bien la actividad en
la que emplea las herramientas, conoce el negocio o tema académico, entiende bien
a su auditorio, puede presentar un mensaje
de distintas maneras, puede generar información y crear conocimiento, puede
contar historias a partir de datos,
pocos o muchos, que estén disponibles. Se comporta entonces como Antonio Canova
ante un bloque de mármol.
Si es un rey con buenas intenciones pero sin control efectivo
sobre la corte que ejecuta sus decisiones (es un “pan de dios”), éstos harán
las cosas que estén contra su voluntad, el pueblo siempre estará mal y
maldecirá al rey.
Power Point y Excel son buenos programas pero si los
usuarios no conocen su potencial ni tienen los conocimientos del contexto en
que debe aplicarse, pareciera que no sirven
y por ello debe usarse otro software.
Estos usuarios incapaces pueden ser profesionales con títulos y galardones falsos,
desconocen los aspectos básicos y profundos del ambiente de negocios o los
temas académicos, carecen de creatividad, son incapaces de obtener información a
partir de un grupo de datos amorfos, son incapaces de explicar un asunto de múltiples
maneras a diferentes auditorios. ¿De qué manera les sería útil el software más potente?
El cambio de Power point por otro programa se justifica si
ello sirve para pasar de buenas presentaciones o presentaciones inolvidables a presentaciones
de ensueño, presentaciones que producen éxtasis entre los asistentes. El cambio
está bien si el que usa los nuevos programas es un genio, conoce el tema, tiene
buena formación académica y práctica, conoce
su auditorio, es capaz de crear historias que lleguen a la mente y el corazón. Es un Antonio Canova de los
datos y palabras.
Con Power Point o el programa Ultra XP Presentación
(software del siglo XXII), si el conferencista o profesor lee 30 transparencias como ésta, MAS DE UNO SE MORIRA
DE ABURRIMIENTO. Los nuevos reyes no son necesariamente
mejores que los muertos, los nuevos programas no son necesariamente
mejores que los viejos Power Point y
Excel.
Referencias
El rey ha muerto, viva el rey
Si lees tus transparencias, pareces idiota (Noviembre 26, 2008)