Como crear una empresa admirable (O Como crear el mundo)
Las metáforas ayudan a entender
todo. Una metáfora poderosa y común se refiere a la creación del mundo. En
todas las religiones existe un dios creador del mundo, un demiurgo que encontró
en la nada los elementos que dieron forma al mundo. En una empresa también existe
un demiurgo que crea (=obtiene) cosas como la infraestructura, dinero, personas;
los ordena y establece mecanismos que permitan la creación de valor (visión,
marca, participación de mercado, compromiso de colaboradores)
El líder no es todopoderoso como el dios que obtiene cosas o resultados a partir de la
nada; pero tiene a su disposición los elementos
necesarios para construir su gran obra, la gran organización o gran empresa. En
la religiones occidentales, se dice que el mundo se creó en cinco días y en el sexto día se creó al hombre;
en las organizaciones, el líder se ubica
en el “sexto día” para construir su organización. El dios creador insufló o indujo
la vida en sus criaturas, el líder infunde el espíritu de grandeza en su organización.
En las organizaciones, las decisiones
dependen de los jefes, comandantes, presidentes, reyes o lo que sea; pero solamente
un líder inspirador puede conducir y
formar una gran organización, un gran ejército, un gran país o reino.
En la creación existen dos elementos, la formula mágica la voluntad; la capacidad de creación está implícita.
La voluntad, desde el punto de vista humano, es la capacidad humana para
decidir con libertad lo que se desea y lo que no. Es el deseo o intención, la aptitud
de decidir y ordenar la propia conducta para lograr resultados, y ser consciente de ello.
Supongamos que en una empresa
existen dos grupos de personas: Los millennials y los colaboradores leales. Los
atributos no son excluyentes porque puede haber “millennials leales”, pero la mayoría
no (una cualidad aceptada por los millennial).
En el ámbito de la probabilidad, la suma de valores no excede 1 (fórmula 1).
Cuando se considera una actitud,
una conducta, una condición que se expresa por la voluntad, no funciona la fórmula
anterior, porque la suma puede ser superior a 1 si el acto de acción conjunta
es positivo; o menor de 1 si este acto es negativo. En el primer caso, es evidente
la existencia de un líder que obtiene Sinergia
a partir de los recursos disponibles; en el otro caso, se revela un jefe
mediocre o destructor, que no sabe ni puede obtener lo mejor de los recursos disponible.
Para simplificar se presentaron dos componentes, A, y B; para mayor número el concepto
es similar y la fórmula es compleja pero no cambia la esencia de la interpretación.
La fuerza de estas fórmulas, depende
de quien las emplea o formula. El dios creador
de mundos tiene voluntad y poder, poder para sacar las cosas de la nada, voluntad
para infundirles vida y ordenar su funcionamiento; el líder tiene también poder
y voluntad. El poder se expresa mediante la capacidad de adquirir activos mediante
un crédito financiero y ordenar la contratación de talentos para la empresa, la
voluntad se manifiesta en el ordenamiento y creación de relaciones para obtener
la máxima colaboración y compromiso. El dios creador y el líder usan la fórmula 2, en la que no
existe la exclusión. Un dios con poder o visión limitadas se limita a la fórmula
1 y produce un amontonamiento de cosas; un jefe cualquiera hace lo mismo y termina destruyendo
valor en la empresa. Los líderes son demiurgos, los jefes nunca.
La metáfora de la creación del
mundo se expresa con una fase sencilla; Fiat lux (hágase la luz); el proceso de creación de una empresa poderosa
se expresa con la “fórmula” de la sinergia: 1+1= 3. Un dios
que tiene el poder ya la voluntad para crear
mundos; un líder que emplea la voluntad para
crea una gran empresa. Los dos siempre suman.